martes, 13 de mayo de 2008

Si tiene tiempo libre haga adobes - Iván Contreras Rodríguez


Es un viejo principio el de construir con los materiales más abundantes de la región, por eso que al sur del BioBío se emplea la madera. En el norte extremo se ha usado la piedra y el adobe, y en la zona central se edifica con adobe y tejas.

En la colonia chilena los muros de las casas urbanas y rurales se levantaban con adobes, una especie de módulo de fabricación rápida para el que se ocupa simplemente tierra. Sus medidas eran estándar: O.30 X 0.60 X 0.10 metros, siendo bastante grandes; la anchura del muro dependía de su disposición, que podía ser a lo largo, de “soga”, atravesado o “de cabeza”. De cabeza daban una pared tan ancha como para soportar temblores, siendo muy buen aislante de los excesos de frío y de calor.

Los adobes se fabricaban antes y hoy de la misma manera, de barro, paja y agua. Muy importante es que la tierra sea arcillosa, con un 40% de arena y limpia de materias orgánicas. Elegido el lugar y hecho el foso, se aprovechaba la misma tierra o se traía de otra parte. Se revolvía y apisonaba a pie desnudo hasta tener un barro de suavidad apropiada. Enseguida se le agregaba la paja seca cortada de “un jeme”de largo. También podía usarse crin de caballo y en ambos casos se le amasaba hasta convertirla en un material homogéneo con que llenar los moldes de madera aprensándolos esta vez con un solo pie para alisarlos finalmente con la mano. El molde podía retirarse de inmediato para seguir haciendo otro y llegar así a los 300 o 400 adobes diarios que se secarían con el aire y el sol.

De mayor dimensión era el “adobón” para los murallones que limitaban las propiedades. Para pegarlos, como con los adobes, se utilizaba una argamasa de barro.

El adobe es un material noble que tiene todavía amplias posibilidades de uso. Solo en los últimos 100 años se usó sustitutos industrializados y ha sido la publicidad exagerada y los prejuicios actuales los que nos hicieron creer que unicamente las casas de concreto podían ser duraderas. Arquitectos actuales han estudiado la función del adobe y sistematizado su empleo en la edificación e incluso para restaurar las añosas viviendas.

Al recorrer recientemente los límites de las regiones del BioBío y del Maule tomamos conciencia de los hermosos conjuntos rurales desplegados entre Coelemu y Quirihue, hacia Cauquenes, y de allí hasta la costa, todos ellos de construcción en adobe y tejas. Y en Curanipe leí el diario El Centro de Talca que llama la atención sobre “ las centenarias edificaciones –en el casco antiguo de la ciudad- que ante un terremoto, podrían colapsar debido al evidente deterioro que presentan sus estructuras”. Según el arquitecto Victor H. González esas construcciones en adobe han ido perdiendo firmeza al cambiar los amplios y pesados tejados por cubiertas de zinc, por lo que nadie puede hoy asegurar que resistan la violencia de un sismo..

Sin embargo, porque la arquitectura en adobe forma parte de la riqueza de la expresión y de las tradiciones chilenas, nosotros aspiramos a que ella se restaure y conserve.

Iván Contreras R
Artista pintor