martes, 11 de marzo de 2008

Cuando escribir y de qué escribir

Lo ideal parece ser escribir en la misma noche, para que no se vaya ese asunto que nos desveló por horas, porque si no lo hacemos de inmediato al otro día no nos acordaremos de nada. ¡ Y era tan buena la idea!

Lástima que no pueda escribir en la ducha; ahí es mejor cantar un viejo bolero, “con una queja en el alma/ hasta mi tierra llegué/ con una queja en el alma/ de aquel lugar me alejé”.
Es bueno anotar pensamientos en la consulta del médico de turno, aunque talvez es mejor dedicarse a dibujar a esa dama de formas dibujables que mantiene quieta espera. Organizar frases mentalmente mientras caminas por las calles de la ciudad, tales como que “esas personas que caminan por el paseo de la gente linda no es muy linda que digamos”. Escribir desde un asiento urbano, siempre lleno de luminosidad y de otros jubilados semejantes a uno.

No es conveniente fabular mientras manejas el auto, el cuento puede terminar mal.

Redactar frente al mar, en donde las ideas van y vuelven según el ritmo de las olas. Escribir en la m
esita de ese café del centro comercial, donde también lo hicieron otros tantos.

Tomar un viaje como motivo para registrar sensaciones y emociones superlativas. Traer a la actualidad recuerdos que fueron detonados por una palabra escuchada al pasar y llevarlos a la luz, escribiéndolos. Seguro contendrán mucho de imaginación, porque es imposible vivir tales momentos de nuevo, tal cual fueron, reviviendo época, ambiente, color y calor.

Escribir impulsado por la relectura casual de esa carta de Villaseñor, el amigo pintor ya ido de este mundo. Escribir sobre la escritura de cartas, antiguo arte, como las misivas enviadas a esas novias lejanas. Relativo a las sobrias y concisas cartas del padre, descubriendo el hilo de su amor paternal.

No a toda la gente le gusta escribir, y cuando se recomienda ufano que escriban sus reflexiones, se descubre en su cara que eso nada les interesa. Tampoco se puede forzar a quien tiene talento para escribir, a que escriba.

Se puede escribir sobre lugares geográficos que se quisieran pisar de nuevo o acerca de la Isla Mocha, donde probablemente nunca vamos a estar, porque nos mareamos en bote o por temor a subirnos a ese avioncito que hace la travesía. Escribir sobre lo que viene, y que justo lo desconocemos. Sobre lo que yo escribo, que si me gusta o no me gusta y que después de varias correcciones queda redondito, inexpugnable a nuevas correcciones. Escribir sobre lo que desearías seguir escribiendo.

Escribir sobre las cosas que quisieras arreglar en la vida del país . Escribir que la vida es bella, que quieres que siga siendo bella.

Iván Contreras R.

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