viernes, 4 de abril de 2008

Eloy y su caballo bayo


Nadie recordaba cuándo y cómo había llegado al lugar.

Eloy era sordomudo y con sonidos guturales nombraba las cosas que le rodeaban. El tenía su idioma que, niños por entonces, hicimos propio comunicándonos entre nosotros delante de nuestros padres sin que ellos entendieran nuestros acuerdos. Hoy cuando han pasado más de sesenta años y nos encontramos mis hermanos y yo, todavía podemos entendernos en el habla de Eloy.

Su cuerpo era endemoniado, contrahecho, de piernas y brazos arqueados como los sarmientos de las parras, consecuencia tal vez de un difícil parto en una oscura noche de invierno. Dada esa conformación no podía realizar los trabajos campesinos pesados, de modo que se le fijaron el rol de cocinero y ciertas tareas circunstanciales como la de tirar al río la bolsa con las perritas de la reciente camada o con los gatitos indeseados de los que él no escucharía sus últimos gemidos.

Pese a su contextura deforme y su incapacidad para expresarse, Eloy tenía especiales atractivos para algunas niñas del lugar y ellas contaban con su irrestricta confidencialidad y discreción.

En su cargo de “cuque”, Eloy cocinaba en una inmensa olleta de fierro de tres patas, la gran porotada con locro que sazonaba al final con gruesas pellas de grasa y color. Luego, el gran tiesto cargado en un carretón, pasaba por las lomas en donde los peones cortaban el trigo. Bajo el ardiente sol del mediodía se les repartía la sabrosa ración. Tiraba su carretón un caballo bayo, de ésos que ostentan una línea negra que les une la tusa con la cola y que le confería rasgos aristocráticos de corralero, al que en esos días llamábamos el “Porotero” en alusión a la función que debía cumplir. Todos éramos amigos del animal y aunque a menudo amurraba las orejas, tenía buen carácter y podíamos acariciarlo y pasar bajo su panza sin peligro. Solo se descomponía su genio cuando recibía de Eloy un chicotazo para que apurara el tranco y entonces daba sonora respuesta.

Pero era con Eloy con quien el caballo mejor se entendía, como si hubieran sido verdaderos camaradas, siendo nuestro cocinero quien derramara tantas lágrimas cuando el Porotero ya envejecido en su oficio fue vendido a los mapuches de la reducción vecina, y terminando sus días dentro de las fuentes de greda tradicionales, en calidad de asado y cazuela. Del noble bruto sólo quedaron el cuero de la ancha franja negra que una vez curtido fue convertido en alfombra del interior de la ruca y las cuatro herraduras que permanecieron como recuerdo, clavadas por muchos años en la puerta de la rancha de Eloy.

Iván Contreras R.

lunes, 24 de marzo de 2008

Voces argentinas


La voz de la joven de Talcahuano que participó esa mañana en un programa de radio tenía tantas cualidades de tono, de optimismo y calidez, que parecía provenir de una campanita de plata. Esa voz me ha dado tantas veces vueltas en la cabeza, que la reconocería si la escuchara de nuevo. Querría saber si coincide con la imagen que me he forjado de su dueña. A esta voz habría que sacarle partido como portadora de buenas nuevas.

Hay tonos y tonos de voz, lo que permite reconocer a la gente de sólo aguzar el oído. En mi caso, cuando llamo por teléfono a personas no vistas hace tiempo, inmediatamente me saludan por mi nombre. porque aún pudieron recordar la voz una vez conocida.

Al niño, al adulto y al anciano se les reconoce un modular característico de su edad y a veces familias completas marcan la diferencia en el hablar. Los sistemas foniátricos del hombre y de la mujer no son iguales, por eso los sonidos que emiten tampoco lo son, y en el caso de ellas, al ser más pequeño y de cuerdas vocales más cortas, dan los tonos más altos. La nariz y sus invisibles cavidades son determinantes en la expresión del sonido, así es fundamental para un locutor o para un cantante de ópera, el no resfriarse.

El gobierno anterior se comunicaba a la población a través de un personaje con una voz particularmente constreñida. Pensé que duraría poco en ese cargo de tanta figuración, pero terminó su trabajo ganándose al público y acostumbrándonos a su físico y a su tono .

El cable nos hace oír voces de otros países y nos informa que existen modos y acentos característicos de esas geografías, permitiéndonos descubrir la procedencia de una persona de solo escucharla, también en relación a las regiones de nuestro país, como en Arica donde, al menor esbozo sonoro, queda en evidencia que soy del sur.

La voz cantada es la que está más relacionada con todas las gamas de frecuencias del sonido que emite una persona. En el festival de Viña del Mar pude afirmar que una determinada cantante era argentina, porque esa voz abierta y sonora solo podía ser de alguien de esa nacionalidad. Me trajo el recuerdo de Valeria Lynch, de Ginamaría Hidalgo, de Susana Rinaldi, de la joven Soledad; y de tantas otras que encontramos que cantan tan bien. Como no tengo calificación en el tema, hice una consulta a nuestro artista y maestro Mateo Palma, para quien: “los argentinos tienen una conjunción de etnias muy favorable para tener buenas voces y poseen magníficas escuelas de música. Tienen una impostación innata y esas condiciones naturales las cultivan estudiando mucho “. Agrega que el talento sin escuela, sin técnica, no tiene vida larga, y que la tendencia en nuestro país es a que los cantantes sólo exploten el talento, con lo cual terminan perdiendo la voz tempranamente, porque no la cuidaron. Me repite que en el país vecino los profesionales del canto se preocupan de eliminar sus ripios y que cada cierto tiempo pasan al taller a hacer un reacondicionamiento. Que además de las disposiciones básicas de su babel racial, cultivan semilleros de donde van surgiendo las mejores voces, a las que se proporcionan medios para continuar ascendiendo con calidad.

Por último, desde su punto de vista musical, el especialista deplora que muchos de nuestros jóvenes con dotes bien definidas se orienten hacia otras carreras. No obstante, mantiene la fe en que para el canto chileno existe un destino posible.

Iván Contreras R.

Una Web relacionada: Todo Tango -amplia discografía

sábado, 15 de marzo de 2008

Antigüedades


En esa película de los 40, el joven y la niña se refugiaron en el desván de la casa y éste estaba lleno de los remanentes de años de vivir allí: un caballito de balancín, jarros enlozados, piezas de cerámica, sombreros en sus cajas, cunas de bebés y gramófonos con sus inmensas bocinas. En aquella época mirar hacia el siglo XIX era un asunto cercano y es posible que algunos de los objetos mencionados fueran de entonces. Los hechos históricos o por lo menos los que se recordaban de esa centuria estaban tan próximos que no era raro conocer gente que estuvo presente cuando ellos se produjeron.

En la década del 40 (1940), aún podían encontrarse personas que habían participado en la guerra con los países del norte. Ahí estaban los “veteranos del 79” que tenían sus sedes sociales y mutualidades, y que desfilaban con sus gallardos uniformes durante las fiestas patrias. Usos y costumbres decimonónicas estaban frescas todavía. Los utensilios de cada casa habían sido heredados de esa época pasada y las máquinas domésticas, que eran manuales al principio, sólo cuando llegó a generalizarse el uso de la corriente eléctrica fueron movidas por dicha energía. Conservaron todo su carácter y ya en los primeros años del siglo XX al reconocerse esos efectos como propios del siglo anterior se transformaron en lo que llamamos antigüedades. Y como tales, empezaron a escasear y hasta a adquirir un valor comercial mayor que los del momento. También a ser motivo de colección.

Siguiendo el mismo criterio, ahora que nos encontramos en los inicios del siglo XXI sabemos que los implementos del siglo XX con los que convivimos en parte importante de nuestras vidas, desde los juguetes y muñecas de niños, han pasado hoy a ser antigüedades. Lo son los objetos de uso en la cocina, en el comedor, el dormitorio, los trajes y artilugios rodantes que han cambiado de modelo cada año. Son antigüedades hoy los artefactos de la guerra, los cascos y uniformes, las armas. Las piezas de loza de Lota y de Penco, las obras artesanas entre las que se encuentra ese caballito de madera, negro cariblanco, con su montura y sus riendas de cuero, recuerdo infantil, que ya adulto busqué por años con gran afán. Siempre estamos pensando en que los objetos de vidrio, como los producidos por la fabrica de Schiavi, son antiguos, aunque por su frágil condición cuesta imaginárselos atravesando y sobreviviendo los siglos. A las cosas de otros tiempos les reclamamos, eso sí, cierta condición artística y que tengan atractivo comercial. Esto de escogerlos y atesorarlos lo determinarán las preferencias personales.

Cuando hoy miro el interior de mi casa veo el hogar de un coleccionista de artefactos del siglo XX, de antigüedades recientes.

Iván Contreras Rodríguez

Maestro Iván Contreras, nuevo Profesor Emérito Universidad de Concepción


CONCEPCION CHILE N. 384 MIERCOLES 6 DE SEPTIEMBRE DE 2000

En una ceremonia que se desarrolló en un ambiente muy cálido y emotivo, el artista y profesor del departamento de Artes Plásticas, Iván Contreras Rodríguez, fue investido con la distinción honorífica de Profesor Emérito de la facultad de Humanidades y Artes de la Universidad. Como es ya usual, impusieron los símbolos de tal categoría, máxima distinción para un académico de la Universidad, El rector Sergio Lavanchy y el secretario general, Rodolfo Walter.

Correspondió al decano de la facultad de Humanidades y Artes, profesor Eduardo Núñez, dar a conocer los motivos por los cuales la unidad solicitó a los organismos superiores de la Universidad, conferir al pintor y maestro tal dignidad académica. En su exposición, el decano fue presentando a Iván Contreras en sus diversas facetas de vida, todas las cuales convergían hacia las cualidades humanas, luego de repasar su obra artística por casi medio siglo de producción y reconocimientos.

En partes de su presentación, el decano Núñez expresa: "Ivan Contreras nace en Purén, provincia de Malleco, en 1933. Hasta los 10 años, su infancia transcurre en el campo". Respecto de la huella que deja el lugar de origen en la obra futura, reproduce lo escrito por el crítico de arte, José María Palacios, en el año 1963, con motivo de una exposición de acuarelas prsentada por el maestro en la Sala del ministerio de Educación, en Santiago. "Contreras es un hombre claro, definido. Se expresa con llaneza, a menudo con un sintetismo muy propio de su provincia natal, Malleco, donde el sol sabe dormir con dignidad en el fondo de los valles, donde escala con paso calma los cerros y donde juega con simplicidad entre ramajes verdes. Donde la lluvia sabe hacerse melodía y donde toda la atmósfera tiene un acento campesino de cotidiana y bellas vibraciones".

Titulado profesor de Artes Plásticas en 1956 en la Universidad de Chile, dicta clases en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Austral de Valdivia. Se traslada a Concepción, ciudad en la que despliega una intensa actividad en el ámbito educacional y cultural a través de cursos y en el montaje y participación en continuas exposiciones. La calidad y macicez de su obra, la municipalidad de Concepción le otorga, en 1971, el Premio Municipal de Arte.

La ceremonia de investidura prosiguió con la presentación del video "Salida de Caza" que muestra al artista en una jornada de trabajo. Perplejo e impactado por esa cinta que no conocía, dicta la Clase Magistral de rigor con el tema "La profesión del artista plástico".

Iván Contreras Rodríguez - Artista plástico- Concepción




Artista pintor y especialista en la enseñanza de las artes plásticas en sus aspectos prácticos y teóricos, nacido en Purén, prov. de Malleco, el 21 de julio de 1933.

Realizó sus estudios profesionales en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, Santiago. Entre sus maestros destaca a los pintores Carlos Pedraza, Israel Roa, Ramón Vergara Grez y Anita Cortés. En lo concerniente a conceptos estéticos e históricos menciona a Luis Oyarzún Peña y a Eugenio Pereira Salas.

Se tituló como profesor de artes plásticas en la U. de Chile y se graduó como licenciado en Artes, mención pintura en la U. de Concepción.

Desde su ingreso a la academia, en 1952, ha desarrollado preferentemente las técnicas artísticas del óleo, la acuarela y el dibujo. “ La pintura de Iván Contreras R. no es la representación fiel y sumisa de la realidad. Posee un vuelco interpretativo dictado por un pensamiento estético que ordena y descubre elementos”, Sergio Montecino. “Vuela y vuela la mirada de Iván Contreras; vuela y escala la cordillera, penetra valles, busca las quebradas, recorre la nieve y los bosques, cruza el aire y hurga en la tierra con su pincel alado”, Anamaría Maack.

“En su pintura de amplia temática es posible observar el retrato de fidelidad plástica hacia el modelo retratado; cuadros de flores ricos en materia pictórica; paisajes urbanos y rurales en los que se expresa con singular soltura. En sus dibujos y en ágiles bocetos, con maestría fija en instantánea los gestos y expresiones de los modelos”, Antonio Fernández V.

Como pintor ha realizado a nivel nacional numerosas exposiciones individuales y ha tomado parte en eventos colectivos. Obras suyas se encuentran en colecciones particulares, instituciones y museos: Pinacoteca de la U. de Concepción, U. del Bio Bio, Museo de arte Contemporáneo de Chiloé, Municipalidades de Valdivia y de Contulmo, y el Senado de la República.

Desde 1956 a 1959 fue profesor de arte de la U. Austral de Chile. En 1960 se trasladó a Concepción donde ejerció como pintor y maestro en la enseñanza fiscal, privada y universitaria. Es relevante su condición de docente fundador y primer Director del Departamento de Artes Plásticas de la U. de Concepción a partir de 1972.

Ha participado en jornadas de difusión artística en seminarios, encuentros y escuelas de temporada. Ha sido jurado en salones y concursos nacionales e internacionales. Autor de publicaciones especializadas y de orden general.

Es miembro de la Asociación de Pintores y Escultores de Chile y de la Agrupación de Pintores y Escultores de Concepción.

Por su labor docente universitaria en la U. Austral de Chile, U. del Bio Bio y de la U. de Concepción, entregada con dedicación, profesionalismo, por su trabajo creativo y su aporte a la sociedad, se le ha otorgado: en 1972 el Premio Municipal de Arte de Concepción; en 1993 se le designó “Vecino Ilustre de la I. Munipalidad de Contulmo; en 1998 se asignó la “Distinción al Mérito Comunal, I. Municipalidad de San Pedro de la Paz”; en 2000 se le confirió la calidad académica honorífica de “ Profesor Emérito de la Facultad de Humanidades y Arte de la U. de Concepción.

martes, 11 de marzo de 2008

Cuando escribir y de qué escribir

Lo ideal parece ser escribir en la misma noche, para que no se vaya ese asunto que nos desveló por horas, porque si no lo hacemos de inmediato al otro día no nos acordaremos de nada. ¡ Y era tan buena la idea!

Lástima que no pueda escribir en la ducha; ahí es mejor cantar un viejo bolero, “con una queja en el alma/ hasta mi tierra llegué/ con una queja en el alma/ de aquel lugar me alejé”.
Es bueno anotar pensamientos en la consulta del médico de turno, aunque talvez es mejor dedicarse a dibujar a esa dama de formas dibujables que mantiene quieta espera. Organizar frases mentalmente mientras caminas por las calles de la ciudad, tales como que “esas personas que caminan por el paseo de la gente linda no es muy linda que digamos”. Escribir desde un asiento urbano, siempre lleno de luminosidad y de otros jubilados semejantes a uno.

No es conveniente fabular mientras manejas el auto, el cuento puede terminar mal.

Redactar frente al mar, en donde las ideas van y vuelven según el ritmo de las olas. Escribir en la m
esita de ese café del centro comercial, donde también lo hicieron otros tantos.

Tomar un viaje como motivo para registrar sensaciones y emociones superlativas. Traer a la actualidad recuerdos que fueron detonados por una palabra escuchada al pasar y llevarlos a la luz, escribiéndolos. Seguro contendrán mucho de imaginación, porque es imposible vivir tales momentos de nuevo, tal cual fueron, reviviendo época, ambiente, color y calor.

Escribir impulsado por la relectura casual de esa carta de Villaseñor, el amigo pintor ya ido de este mundo. Escribir sobre la escritura de cartas, antiguo arte, como las misivas enviadas a esas novias lejanas. Relativo a las sobrias y concisas cartas del padre, descubriendo el hilo de su amor paternal.

No a toda la gente le gusta escribir, y cuando se recomienda ufano que escriban sus reflexiones, se descubre en su cara que eso nada les interesa. Tampoco se puede forzar a quien tiene talento para escribir, a que escriba.

Se puede escribir sobre lugares geográficos que se quisieran pisar de nuevo o acerca de la Isla Mocha, donde probablemente nunca vamos a estar, porque nos mareamos en bote o por temor a subirnos a ese avioncito que hace la travesía. Escribir sobre lo que viene, y que justo lo desconocemos. Sobre lo que yo escribo, que si me gusta o no me gusta y que después de varias correcciones queda redondito, inexpugnable a nuevas correcciones. Escribir sobre lo que desearías seguir escribiendo.

Escribir sobre las cosas que quisieras arreglar en la vida del país . Escribir que la vida es bella, que quieres que siga siendo bella.

Iván Contreras R.